La frescura, intensidad y el matiz picante que caracterizan el sabor de la menta son incomparables. Aunque en ocasiones se emplea para mejorar el resultado final de guisos y caldos, suele ser utilizada más comúnmente en la preparación de postres y dulces. También es frecuente su consumo en forma de té, destacando en este aspecto el famoso té moruno preparado en países como Marruecos. No obstante, aunque su uso gastronómico está muy extendido tampoco se pueden obviar sus cualidades como planta medicinal. Entre sus propiedades destacan su capacidad para mejorar la digestión, aliviar el dolor de estómago y la congestión nasal, suavizar la irritación de garganta, etc. También se utiliza como expectorante natural, para prevenir la formación e cálculos renales y como antiséptico con uso tópico para cicatrizar heridas o calmar el picor.

Todo esto, unido a lo sencillo que resulta cultivarlas, la convierten en una planta perfecta tanto para principiantes como para expertos horticultores. En cuanto a su origen, se puede decir que ésta es una planta cosmopolita, pues crece en numerosas zonas del planeta, desde el área mediterránea hasta Asia, África, Australia o América. Puede llegar a alcanzar una altura de hasta 90 centímetros, aunque si se cultiva en macetas suele ser inferior.
¿Qué tipo de tierra necesitamos para plantar la menta?
Se recomienda una tierra fresca y fértil.
¿Cuándo debemos plantarla ó sembrarla?
Podemos sembrar la menta en los meses de Marzo, Abril y Mayo. Y plantarla en Abril
¿Cuándo tenemos que recolectarla?
Desde 5 meses después de la siembra ó 2 después de la plantación.
Consejos y cuidados para el buen cultivo de la menta:
– Necesita exposición al sol o semisombra.
– Se puede plantar en una pequeña maceta de 30 cm de diámetro.
– Lo más fácil y rápido es adquirir un plantón en una maceta.